
La palabra del intendente Federico Susbielles en el acto oficial no fue solo un discurso, fue un espejo. Un espejo donde nos vimos reflejadxs quienes lo perdimos todo y también quienes nos arremangamos sin preguntar nombres para dar una mano. Porque en Bahía, como dijo él, la tragedia sacó a la luz lo mejor de nosotrxs. No fue casual. Fue respuesta. Fue identidad. Porque venimos de una historia que nos enseñó a organizarnos cuando la vida se pone difícil. Porque sabemos de justicia social no sólo como bandera, sino como práctica cotidiana. Porque en esta ciudad, tantas veces olvidada, se tejieron redes invisibles q hoy están más vivas que nunca. La catástrofe nos atravesó, pero no nos quebró. Y es fundamental que eso no quede reducido a una postal de heroísmo circunstancial. Lo que vivimos exige memoria política, no solo emocional . Y en ese sentido, celebro que se reconozca el rol del Estado presente, desde lo municipal ,provincial hasta lo nacional, sin eufemismos. No se trata de agradecimientos protocolares, se trata de decisiones políticas que cuidan, acompañan y reconstruyen con perspectiva de futuro. Escuchar a Susbielles hablar de renacer y no solo de reconstruir es mucho más que una metáfora. Es una oportunidad. Es un compromiso. Es una ciudad que no quiere volver al punto de partida, sino ir hacia adelante, con obras reales, con participación, con planificación, con respeto por quienes más sufrieron. Como bahiense, como mujer, como alguien que la pasó mal y eligió no mirar para otro lado, sé que no hay palabras que alcancen para dimensionar lo que atravesamos. Pero sí hay gestos, hay políticas, hay presencias que dicen mucho más que mil discursos vacíos. No tengo dudas de que el futuro que merecemos se construye así: desde el barro, sí, pero con dignidad. Con memoria y con comunidad. Con decisión política. Y con amor.
Vanesa Alaguibe














